El héroe y la heroína

Dicen que cuando sientes un escalofrío repentino es que alguien acaba de pisar la que será tu tumba.

En 1973, alguien pisó una jeringa de heroína y Phil Lynott sintió un escalofrío.

Aquel año Thin Lizzy publicó “Vagabonds of the Western World”. Lynott estaba eufórico. Era el líder indiscutible de la banda (tras la huida de Eric Bell), habían evolucionado del folk rock a un sonido más poderoso y duro como él quería, y con canciones como “The Rocker” o “Whiskey in the Jar” (Top 6 en el Reino Unido, Top 1 en Irlanda durante semanas) se habían hecho muy conocidos en toda Europa.

Los escarceos de Phil con las drogas eran habituales. A principios de los 70 el LSD y el alcohol campaban en los ensayos. Cocaína y heroína empezaron a hacer estragos cuando el éxito y el dinero les empezaron a acompañar. Gary Moore llegó a abandonar la banda después de declarar que “había estado borracho cada noche durante más de 4 meses seguidos”. Lynott se dedicó por encima de todo a una vida de excesos como buena estrella de rock, y afortunadamente la hizo coincidir con los mejores discos de los Lizzy.

Del 74 al 77 publicaron “Night Life”, “Fighting”, “Jailbreak”, “Johnny the Fox” y “Bad Reputation”. Y como colofón, uno de los mejores directo de la historia del rock “Live and Dangerous”. Este tour lo hizo totalmente colocado: por el día heroína, cocaína y alcohol, siendo forzado por sus managers a tomar tranquilizantes por la noche para que descansara después de los conciertos.

Eran megaestrellas del rock & roll. El mundo entero les aclamaba, pero Lynott seguía enganchado a su vena. ¿Habéis visto algún vídeo de los Lizzy en el cual se le vean los brazos desnudos a Phil? Seguro que no.

El pobre se sintió muy atraído por la movida punk londinense, incluso llegó a compartir sesiones de heroína con Sid Vicious hasta que éste murió de sobredosis en febrero del 79. Su estado físico iba a peor. Y no ayudaba nada que sus compañeros de grupo Scott Gorham y Robbo Robertson estuvieran tan enganchados como él.

Hasta el 83 Thin Lizzy siguieron haciendo algunos buenos discos, pero no tan celebrados como los de la década anterior. De hecho, sólo me apasionan las canciones «Roisin Dubh» y «Do anything you want to» del «Black Rose».

Phil intentó sin mucho éxito seguir en solitario, pero su cuerpo ya no aguantaba más. Le encontraron inconsciente en su casa, el día de Navidad de 1985. Murió 10 días después en el Hospital Salisbury de Londres. El informe médico decía “fallo múltiple de hígado, riñón y corazón”. Menudo eufemismo para referirse a una sobredosis de heroína.

Thin Lizzy es una terapia para mí. Me pone feliz. Me alegra el día. Cualquiera de sus discos. Mi favorita de todos los tiempos es The Hero and the Madman, el segundo corte del “Vagabonds…”. Ahhhhh… cuando ese estremecedor bajo puntea suavemente, y Lynott comienza a susurrar:

The hero he rode a white horse
Across the desert to where his woman was…

Phil Lynott a lomos de su «caballo blanco», augurio nefasto de su futuro como rock&drug star hero.

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