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Los hermanos Coen y la psicodelia

noviembre 15, 2008

quemar_despues_de_leerDespués de muchos meses sin acercarme por el cine, me dio la gana la semana pasada y fui a ver la última de los hermanos Coen: Quemar después de Leer.

La película es astuta y genial. No es sin duda la mejor película de los hermanos (supongo que difícilmente volverán a tocar la perfección como con Fargo o Muerte entre las flores), pero es muy entretenida y por momentos subliman la comedia como ya hicieron con El Gran Lebowski (ahhhh, ese Nota). La trama no engancha bien y fuerza las situaciones a través de sangrientos malentendidos que tienen bastante gracia. Sin embargo, sólo por la escena final donde se desenlaza a hachazos el absurdo argumento merece la pena ver la película.

Los actores han recibido duras críticas por poco creíbles. Clooney histriónico como casi siempre, como en su anterior trabajo con los Coen y la Zeta-Jones Crueldad Intolerable. John Malkovich no le va a la zaga en histrionismo a George, y Tilda Swinton que en su papel de esposa despechada, se pasa y de tanto cansa. El contrapunto lo ponen Frances McDormand que viene a hacer lo de siempre (es decir, casi todo bien), Richard Jenkins (el padre de A Dos Metros Bajo Tierra) que hace un personaje mohíno pero absolutamente enternecedor, y por último (aunque no es de mi devoción) Brad Pitt que se sale y hace el mejor papel de «tipo estúpido» de los últimos años.

Cuando empezaron los créditos finales de la película tenía una sonrisa de oreja a oreja, feliz por haber pagado 7 euros por un trágico disparate. Y cuál fue mi sorpresa cuando la canción que cerraba era la mítica «CIA Man» de los lamentablemente olvidados The Fugs, aquellos locos psicodélicos que fueron relegados por mitos de la categoría como la Velvet Underground de Lou Reed y John Cale, por Grateful Dead, Hendrix o Jefferson Airplane, y sobre todo por el patriarca de los sonidos experimentales de finales de los 60, Frank Zappa.

The Fugs ha sido una de las joyitas de mi colección psicodélica. Ahí también están los fantásticos The Move, el mítico disco de Tomorrow con Steve Howe (luego en Yes y Asia), HP Lovecraft y sus dos discos sesenteros (a cuál mejor), los californianos Quicksilver Messenger Service, y por supuesto algunos grupos del sonido Canterbury antes de convertirse al jazz progresivo (a saber: Soft Machine, Caravan, Khan, Gong o Henry Cow).

the_fugs

The Fugs tienen un par de discos muy interesantes (mejor el First Album). Mezclaban blues con pildorazos de humor, crítica social y rock primitivo que les hicieron diferentes, incomprendidos en su época. Canciones como Supergirl, Defeated o Kill for Peace son grandes, divertidas y controvertidas. Me alegra que los Coen hayan recuperado unos clásicos como The Fugs para su banda sonora, y que lo hayan hecho con «CIA Man«, una de mis favoritas. Llevo toda la semana buscando rarezas y escuchando sus discos y me ha dado por ampliar su escasa discografía aunque sea con el Azureus. Espero que vosotros hagáis lo mismo y este gran grupo salga de su nicho en las tinieblas del rock.

Estoy feliz de vuelta a la psicodelia!!!

Hyde Park, Bill Bruford y un solo de batería en Woodstock

octubre 28, 2008

Últimamente he estado escuchando bastante a King Crimson, uno de mis grupos cabecera. Todavía recuerdo, Marta, cuando por mi 21 cumpleaños me regalaste el fantástico «Lark’s Tongues in Aspic«. Vaya regalo raro te pedí, eh? Violines, mellotrones, bajos oscuros, guitarras extravagantes… Era el primero de muchos discos progresivos/psicodélicos que devoré por aquella época.

Un hallazgo el montaje que he encontrado en el prodigioso YouTube. La formación inicial de los Crimson abre un concierto de los Rolling Stones en Hyde Park. 650.000 personas abarrotaban el parque. Corría julio de 1969. John Lennon había declarado que In The Court of the Crimson King era el album más importante de ese año. Aquel concierto en el pulmón de Londres significaba la presentación de la nueva formación de los Stones tras la muerte de Brian Jones, con un Mick Taylor que abandonaba los Bluesbreakers de John Mayall para liderar las guitarras de los mejores años stonianos. King Crimson emergieron en el panorama del hard rock con 21st Century Schizoid Man.

Pero no es de esto de lo que quería hablar en este post. Los fans de King Crimson amamos especialmente sus álbumes de 1973-1974, o lo que es lo mismo: Lark’s Tongues in Aspic, Starless and Bible Black y Red. Al escuchar de nuevo la famosa trilogía he redescubierto los sonidos de Bill Bruford, batería que participó en los mejores álbumes de Yes (Fragile y Close to the Edge), y que en el rey carmesí le supo aportar a la guitarra de Robert Fripp un toque exótico y muy especial.

Bill Bruford no es un tipo que aparezca destacado en las listas de bateristas más importantes de la historia del rock. Sin embargo, se le menciona siempre como uno de los más influyentes. He estado repasando alguna de esas listas que hay por internet, y en la mayoría coinciden John Bonham, Keith Moon y Neil Peart de Rush entre los primeros (vaaale, aceptamos barco, son ciertamente mejores…). Bill Bruford lo máximo que se acerca es al noveno lugar… Pero, ¿qué pasa con canciones tan deliciosas como «One More Red Nighmare» o «The Talking Drum» ?… Lo cierto es que nunca tuvo un solo por el que ser recordado…

Algo que sí tuvo John Bonham y su célebre Moby Dick, incluido en el segundo album de Led Zeppelin. También Ian Paice, que con The Mule eclipsaba de manera apoteósica a Blackmore y compañía en uno de los directos más brillantes de la historia del rock, el «Made in Japan» de Deep Purple. Tal vez sean estas dos canciones las más repetidas por los aficionados a la batería como los mejores solos de la historia.

Lo más sorprendente de estas listas es que faltan mis dos bateristas preferidos de todos los tiempos. Robert Wyatt, de Soft Machine; y Michael Shrieve, de los primeros Santana. El solo de éste último en la mítica Soul Sacrifice es uno de los momentos más memorables del concierto del mexicano en Woodstock 69. Y sin duda, mi solo de batería favorito de siempre.

Buscando mi destino

agosto 6, 2008

Si alguien no ha visto todavía la película Easy Rider no sé a qué está esperando.

Hoy, en vez de echarme la siesta, la he vuelto a ver, y ya he perdido la cuenta de las veces que lo he hecho desde que me compré el DVD. ¿Treinta? ¿Cuarenta?

Hay que verla no sólo por ser un mito, por ser un icono de la contracultura americana de los años 60. Hay que hacerlo también por la excelente banda sonora que acompaña cada una de las imágenes.

Puede parecer que el argumento no daría mucho de sí: dos tipos trapichean con cocaína, hacen un buen negocio, se compran unas motos tipo chopper y emprenden un viaje con ellas por la américa profunda. Pero Dennis Hopper (director de la película) y Peter Fonda (protagonista principal y guionista del proyecto) le dan un toque casi mágico a ese viaje iniciático, le echan huevos y se despachan a gusto sobre el mundo de las drogas (los protagonistas son traficantes y tienen al final un escarceo muy chungo con el LSD), los ideales hippies, la américa granjera más retrógrada, la represión de la autoridad… El ansia de libertad se convierte entonces en el leit-motiv de la película y a través de la música y los fantásticos paisajes que contemplan a bordo de las motos vas sucumbiendo, casi hipnotizado, hasta el fatal desenlace final.

La banda sonora se sale en todos los sentidos. Hendrix, The Band, Electric Prunes, The Byrds… se integran magníficamente en el viaje de los dos moteros traficantes. La película empieza con The Pusher y casi seguido Born to Be Wild, ambas canciones de Steppenwolf, un comienzo así sólo puede deparar algo bueno. Hace poco Peter Fonda decidió poner a la venta una nueva versión del DVD con una duración mayor, exclusivamente para recuperar canciones que fueron eliminadas en el montaje original, con gente como Bob Dylan o David Crosby.

Os dejo uno de los mejores momentos chopper con el fantástico folk psicodélico «I Wasn’t Born to Follow» de los Byrds de fondo:

Para el que quiera ver la película online, sin necesidad de comprarla o piratearla, lo podéis hacer aquí:

Parte 1

Parte 2

Parte 3

Parte 4

Los amigos de Steve Marriott

junio 21, 2008

Hay dos grupos ingleses de los años 60 que por alguna razón no han pasado al olimpo del rock: The Herd y Spooky Tooth. Ambos eran grupos muy diferentes entre sí. El primero se acercaba a la psicodelia dominante en los últimos años de la década, y el segundo convertía los medios tiempos y los riffs hardrockeros en su seña de identidad.

The Herd estaba liderado por un jovencísimo Peter Frampton, que con 17 añitos y con canciones tan soberbias como “I Can Fly” o “From The Underworld” se convirtió en uno de los rostros más populares de la televisión británica. Pero su éxito apenas duró dos años.

Spooky Tooth nunca fueron tan populares. Sólo por su segundo trabajo (Spooky Two), que incluía la obra maestra “Evil Woman”, merece que se les recuerde. Mike Harrison tenía una voz desgarrada e inconfundible, Gary Wright a los teclados era el alma del grupo, pero el que dotaba de un ritmo innovador a cada una de las canciones era el bajo afilado de Greg Ridley, con un sonido muy similar al de John Entwistle en The Who.

Cuando el superhéroe Steve Marriott decidió abandonar el pop psicodélico que le había famoso junto a los Small Faces para acercarse más al blues y al hard rock, les propuso su idea a sus amigos Frampton y Greg Ridley. Se llamarían Humble Pie y publicaron su primer trabajo “As Save as Yesterday is” en abril de 1969.

Había nacido una de las primeras superbandas (retales de otras bandas) de la historia del rock. CSN&Y estarían lo más arriba en esa lista (Crosby ex-Byrds, Stills ex-Buffallo Springfield, Nash ex-Hollies, y el fabuloso Neil Young apareciendo y desapareciendo de la formación como el río Guadiana). A la derecha de CSNY estarían los Cream de Eric Clapton y a su izquierda los Yardbirds de Jimmy Page y su derivación Led Zeppelin.

Humble Pie comenzaron tan cerca del blues como del folk. Sus dos primeros discos así lo demuestran. El single “Natural Born Boogie” llegó al número 4 de las listas británicas y les dio el éxito al instante. A partir de ahí Marriott se fue acercando cada vez más al rock duro. A principios de los 70 sus giras eran incendiarias y su melena cada vez más larga. “Town and Country”, “Humble Pie”, “Rock On” y el directo “Rockin’ at the Fillmore” son álbumes casi perfectos. En el 72 Peter Frampton dejó el grupo para convertirse en una megaestrella años más tarde con su celebérrima “Show Me The Way”. Marriott seguiría cuatro años más haciendo discos muy buenos (destacar sobre todos “Smokin”), pero las ventas no acompañaron.

Dejaron grandes canciones para la historia del rock: Shine On, Alabama ’69, Desperation, Stone Cold Fever, I Don’t Need No Doctor, Home and Away, 30 Days in The Hole, C’mon Everybody…

Me ha divertido mucho encontrar el vídeo de una de mis favoritas del segundo disco: “The Sad Bag of Shaky Jake”.

I Put a Spell on You

junio 15, 2008

Esta tarde he estado escuchando uno de los discos menores de Marilyn Manson: “Smells like Children”. Octubre de 1995.

A mí siempre me gustó este album. Es un collage de canciones y sonidos industriales típicos de los 90 donde cupieron tres versiones recordadas enormemente por los fans del Reverendo: la embaucadora Sweet Dreams (de los británicos Eurythmics), el rabioso Rock & Roll Nigger (de la punkorra neoyorquina Patti Smith) y I Put a Spell on You (de uno de los pioneros del rock Screamin’ Jay Hawkins).

Al escuchar esta última, he caído en la cuenta que otros grandes han hecho increíbles versiones del rock de Screamin’ Jay.

Buceando en YouTube he podido encontrar hasta 9 versiones de artistas muy diferentes entre sí. Aquí las tenéis para degustarlas y comparar. Yo me quedo con la que hizo John Fogerty con la Creedence Clearwater Revival, en su primer disco. Vale, me tira el fan de la CCR que llevo dentro, pero sólo la original o la de Nina Simone podrían superarla.

Hay algunas verdaderamente malas, destacar la apestosa del ex líder de los Roxy Music, Bryan Ferry.

Screamin’ Jay Hawkins (1956). La original.

The Animals (1966)

Creedence Clearwater Revival (1968 )

Nick Cave & The Bad Seeds (1984)

Nina Simone (1992)

Bryan Ferry (1992)

Dave Gilmour, líder de Pink Floyd (1992)

Marilyn Manson (1995)

Arthur Brown, superviviente de la psicodelia sesentera más bizarra (1999)

Joe Cocker con Robert Cray, brillante combinación (2004)